Cuando se une el disfrute, las fuerzas, la buena compañía y la estupenda gastronomía la verdad es que todo es más fácil. Normalmente las reuniones de equipo se hacen 30 minutos antes de salir, pero para esta ocasión la realizamos con una buena comida en Alerre en los terrenos de casa Esquilador, debatimos sobre cómo podíamos conseguir el campeonato con la ayuda de los compis holandeses y la bala argelina. Tuvimos que esperar a Dani que había calculado mal el trayecto que dista Logroño de Alerre, pero aun así pudo degustar el vino de Lienas, sin más contratiempos no marchamos para la Ribagorza. La carrera tuvo un momento clave en lo que lucha por el campeonato de Aragón se trataba, cuando cerca de coronar por primera vez Laguarres se acerca Coixet y me dice que me guarde (Tengo dos maillot en casa con la bandera de Aragón y sin su ayuda no tendría ni las cremalleras), entonces a guardar. El resto del equipo estuvo de diez, Paul se metió en el grupo de cabeza para llevarse la montaña y servirnos de escusa para no tirar por detrás, Siebe y Kader se olvidaron de la carrera y nos ayudaron a los “ALTOSaragones”, Dani se dejo la piel para que nosotros saldáramos sus cuentas pendientes, Alberto estuvo combativo para buscar la sorpresa en Sub23 y Barce me dejo impresionado con las escaladas que realizo.
